Como su propio nombre indica, la estimación objetiva o régimen de módulos es un sistema muy poco objetivo a pesar de que se haya establecido para el 2020 la reducción de los índices de rendimiento neto en un 5%. Esta medida se aprobó en la Mesa del Trabajo Autónomo de Medidas Excepcionales en el año 2008, debido a la crisis económica de aquel entonces, sin embargo, esa reducción en ningún caso compensa la situación actual, ya que las condiciones de esta nueva crisis son mucho más profundas y de larga duración.
Es por ello, que miles de pequeños establecimientos de comercio, hostelería o transporte, entre otros, están ante una situación de asfixia fiscal, puesto que la pérdida de ventas provocadas por la COVID-19, ha trastocado totalmente las previsiones de muchos sectores de actividad.
Tomemos como ejemplo una frutería con un tamaño de 40 metros cuadrados, un trabajador por cuenta ajena, una furgoneta y el propio autónomo. La estimación que hace la Agencia Tributaria de los beneficios por renta de trabajo es de 16.500€ anuales y el pago de trimestres es de aproximadamente 500€.
En una situación normal, este autónomo podría perfectamente cumplir con los objetivos que le han calculado y podría hacer frente al pago trimestral y al del IRPF, pero es probable que ahora mismo no pueda. En estas circunstancias también se encuentran miles de pequeños bares en los que el rendimiento medio de renta de trabajo que calcula Hacienda se encuentra muy por encima de la realidad.
Eduardo Abad, presidente de UPTA España, «es necesaria una reestructuración del Sistema Tributario de estimación objetiva o módulos. Lo más aconsejable, sería encuadrar a la mayoría de los autónomos en el sistema de estimación directa, o al menos, modificar o facilitar el cambio de sistema, aunque sea temporalmente. Nadie puede hacer una estimación de como irá su negocio en 2021, y son las economías más débiles y los autónomos más desfavorecidos los que pagan las consecuencias tributarias de un modelo desfasado y poco objetivo».