• La «glovolización» del trabajo autónomo se dispara en España y afecta a sectores como
    la salud, la educación, la construcción y los servicios profesionales.
  •  La UTAC calcula que la cifra de falsos autónomos en Cantabria supera los 4.120.

Tras el análisis de los datos de afiliación al RETA de los últimos 2 años, desde UPTA estimamos
que aproximadamente el 10% de los trabajadores autónomos en España son falsos autónomos,
lo que supone una cifra preocupante para la economía y el sistema de cotizaciones de la
Seguridad Social. El fenómeno, que inicialmente se concentraba en sectores como el reparto de
comida a través de plataformas digitales, se ha expandido a otras áreas profesionales, afectando
a campos como la salud, la educación, la construcción y otros profesionales cualificados. Solo
en los últimos dos años, los sectores de alta cualificación han incorporado más de 340
profesionales autónomos en la región cántabra.
Sectores como la salud, en especial enfermeros, médicos, fisioterapeutas y podólogos, están
siendo cada vez más afectados. Muchos de estos profesionales sanitarios deberían estar
contratados como asalariados por empresas o centros clínicos, pero se les contrata como
autónomos, lo que vulnera sus derechos laborales. En el ámbito educativo, especialmente en
centros privados y empresas de formación para adultos, los docentes, que en el pasado debían
ser contratados como asalariados trabajan como autónomos, lo que también ha incrementado
el número de falsos autónomos en este sector. En cuanto a los servicios jurídicos y actividades
profesionales como economistas, arquitectos, aparejadores, tasadores están contratando
profesionales como autónomos en lugar de asalariados. Esta situación está generando un grave
perjuicio económico a los profesionales autónomos que ejercen su actividad de forma legal y
perjudica gravemente el sistema de cotizaciones al sistema público de Seguridad Social.
El fenómeno de la «glovolización» del trabajo autónomo, inicialmente asociado a las plataformas
de reparto como Glovo, se ha extendido a otros sectores de servicios, como la construcción y el
transporte de mercancías fraccionadas. Repartidores en furgonetas y trabajadores en la
construcción están siendo contratados como autónomos, cuando, en realidad, desempeñan
funciones propias de empleados asalariados. Con el único propósito por parte de los
empresarios de evitar cotizaciones a la Seguridad Social y responsabilidades con los asalariados.
La tarifa plana para autónomos ha favorecido la proliferación de los falsos autónomos. Aunque
esta medida fue diseñada para apoyar a los nuevos emprendedores, ha sido utilizada por
empresarios para contratar a jóvenes con la falsa promesa de una carrera profesional estable.
Estos trabajadores, al ser considerados autónomos, quedan atrapados en una situación de
inseguridad laboral, sin los derechos y beneficios que les corresponderían como empleados. A
pesar de que la Seguridad Social está bonificada y no tienen gastos adicionales, no se garantiza
una estabilidad ni el desarrollo profesional dentro de la empresa.
Eduardo Abad, presidente de UPTA, “reiteramos la necesidad urgente de que el Ministerio de
Trabajo y la Agencia Tributaria realicen un cruce de datos para identificar a los profesionales que
facturan en exclusividad o semiexclusividad a una sola empresa. Es urgente poner freno a la
falsedad contractual que se está produciendo en nuestro colectivo.”