En Cantabria hay más de 3.500 autónomos mayores de 61 años

Nuestra organización lleva tiempo advirtiendo del problema que supone para nuestro colectivo
el que más de 350.000 autónomos sean mayores de 61 años. Tan solo en tres años han
aumentado en 22.000 los autónomos jubilados, sin haber entrado aún la llamada generación
“baby boom”. Además, la previsión natural es que esta cifra se multiplique por 15 en los
próximos 3 años.

En cuanto a sectores, la mayoría de los autónomos procederá del sector servicios y
especialmente del pequeño comercio, hostelería y servicios complementarios.
Esta situación se verá seriamente agravada en las poblaciones menos habitadas, o de ámbito
rural, en las cuales se perderá gran parte del tejido productivo y con ello servicios esenciales
para la población habitante.

La preocupación principal radica en que miles de negocios de nuestro país, que son
perfectamente viables, desaparecen del mercado por razones de jubilación de sus propietarios.
Se debe resolver la incorporación de personas al mercado de trabajo por cuenta propia en unas
condiciones sólidas, para que sus negocios puedan ser factibles y duraderos, rompiendo la
tendencia de emprendedores que parten de la tarifa plana como estrategia para emprender. El
resultado de esta tendencia es absolutamente negativo, con la desaparición de más del 87 % de
los negocios antes de los dos primeros años de vida.

Es fundamental poner en marcha esta iniciativa que, sin duda alguna, podrá profundizar en la
mejora de la estabilidad de los pequeños negocios a través de la competitividad adquirida en el
tiempo, por parte de los propietarios que abandonarán la actividad y la situación de
competitividad en el ámbito digital que poseen las personas de menor edad.

Eduardo Abad, presidente de UPTA, “nuestra organización está intensificando la puesta en
marcha de programas de relevo generacional en distintas CCAA, pero es fundamental coordinar
desde el Ministerio de Trabajo las líneas maestras y los incentivos económicos que se pudieran
activar para poder desarrollar plenamente, y con efectividad, el relevo de las actividades
económicas que son perfectamente viables.”

Abad, insiste, “este es uno de los principales eslabones del cambio en el modelo de producción
en el trabajo por cuenta propia para los próximos años. Sin relevo generacional no aseguraremos
la transformación del mercado de trabajo y tampoco una nueva competitividad desde el punto
de vista digital para que las actividades tradicionales consigan adaptarse a las nuevas formas de
consumo.”